Imagina que…

Descansando en un pliegue de la Autopista Interdimensional hay uno de esos curiosos orificios (1) que conectan dos dimensiones o realidades muy dispares (y a la vez no tanto): la Dimensión de la Imaginación, y la nuestra propia.

La Dimensión de la Imaginación (o DimIm para los amigos, a falta de un nombre mejor), es el lugar fabuloso de donde vienen todas las historias que empiezan por «Érase una vez…», «En un lugar de la Mancha…», «Llamadme Ismael», «Todos los niños crecen, excepto uno», o, «En un agujero en el suelo vivía un hobbit», «Episodio IV. Una nueva esperanza»…

La Dimensión de la Imaginación, para aquellos pocos privilegiados que tienen acceso a ella, es el lugar donde viven las Ideas. Todas las Ideas, que el ser humano haya podido concebir, o que en el futuro vayan a materializarse en la mente de alguien.

Las Ideas son entes pensantes, conceptos inteligentes viviendo sus vidas, que no toman forma definida hasta que no se las mira. Es decir, hasta que alguien las imagina. Entendamos esto como un Experimento de la Rendija muy complicado.

Las Ideas Existen, independientes de que las personas las creen, pero algunas desean trascender más allá de su etérea y fluctuante realidad y ansían llegar a la Tierra. Todas las Ideas, las científicas, las musicales, las artísticas, las tecnológicas, las culinarias, las literarias… Es un país muy grande, la DimIm.

Las Ideas sólo llegan al Mundo si hay alguien de entre todas las personas que dispone de los medios para que su cabeza actúe de antena receptora. Cada Idea pasa la eternidad en busca de alguien susceptible de hacerla posible. Todas ellas esperan más o menos pacientemente hasta que llega al mundo alguien que esté en condiciones de imaginarlas. A ser posible, la persona ideal, que haga de su Idea algo grande.

Inspiración, un lugar confortable, voluntad y tiempo, son los ingredientes necesarios para que la Idea crezca, tome forma y florezca en la mente y las manos de su crisol. Es una Gran Magia.

Las Ideas se hacen realidad en la Tierra, pero el Concepto Original permanece anclado en su dimensión de origen, haciéndose más poderoso cuanto más se lo imagina. Ahora mismo el Concepto de Vampiros Románticos Atormentados ha empezado a perder fuerza, afortunadamente. Se mascaba el motín.

Las fronteras de la Dimensión de la Imaginación son difusas, y más en los últimos tiempos, donde todo está lleno de crossovers, colaboraciones, featurings y demás, y es tan tremendamente complicado crear algo nuevo y original. Las Ideas se agrupan por afinidad, formando colonias y países. A veces estos países se fusionan o se separan irremediablemente, como el gran Cisma de la Astronomía y la Astrología, por diferencias irreconciliables.

El País de la Ciencia hace frontera con el País de la Tecnología. En el límite brotan ideas a veces muy teóricas pero poco útiles, y otras veces, ideas muy prácticas pero poco razonables. El País de las Sinfonías vive en armonía con el resto de los territorios de la Tierra del Arte, un vasto continente del que salen las más bellas Ideas que el hombre pueda albergar.

Un pequeño pero poderoso rincón de la Dimensión de la Imaginación es quizá el más especial de todos. Es ampliamente reconocido en todo el mundo, pues todos lo visitamos alguna vez de niños. Y por ello es el más descuidado y en cierta medida el más peligroso, si es olvidado por completo.

En este lugar cohabitan Ideas o Conceptos eternos, conocidos por los humanos desde hace mucho, mucho tiempo. Es el lugar de nacimiento de, por ejemplo, el Concepto de ‘Princesas cautivas que rescatar’: en torres, en castillos, en cuevas, en el fondo del mar… a las que por fin van llegando ideas más feministas desde lugares muy lejanos.

Reinas Malvadas, Madrastras Perversas, Hechiceros Tenebrosos, Brujas, Hadas Madrinas, Escolarización de los Magos a todos los niveles…Animales Parlantes, Científicos Chalados Encerrados en sus Laboratorios… la lista es interminable y tan familiar como la palma de la mano. A finales del siglo XIX empezaron a manifestarse Alienígenas en la frontera con el País de la Ciencia Ficción. Todos ellos verdes, o morados, de forma reptiliana, anfibia o pulposa. Porque somos incapaces de imaginar nada mejor.

De allí vienen también ideas más abstractas, como por ejemplo la inquietante obsesión con el Número Tres: tres mosqueteros, tres hermanos, tres reyes, tres cerditos, pasado, presente y futuro, la Santísima Trinidad… Las Ideas son complejas, y algunas muy viejas.

En este Lugar, que a lo largo de la Historia de la Creatividad ha recibido muchos nombres, como El Otro Sitio, El Otro Lado, Faerie, la Tierra de las Hadas, la Tierra Media, el País de los Cuentos….

Comienza nuestra historia.

(1) Esto, claro está, es la Idea de Agujero Negro que nos llega directa de la Ciencia Ficción a los guiones de los directores de cine catastrofista. Es ese agujero negro que un sinnúmero de científicos malvados y/o chalados pueden generar a voluntad, transportarlo cómodamente y soltarlo aquí y allá para hacer desaparecer trozos de corteza continental o viajar en el tiempo y liquidar a un mosquito prehistórico. Es ese Agujero Negro a la entrada de otro simpático Agujero de Gusano, que viene a ser un vulgar atajo en el Multiverso.

Ese Agujero Negro.

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